Día 4: CASABLANCA Y VOLUBILIS.

Esta mañana tocaba la visita guiada a la mezquita de Hassan II, la tarde anterior ya habíamos visto los horarios, así que un rato antes de que fuera la hora ya estábamos allí. Como hasta ahora ningún día habíamos tenido ninguna historia porque yo llevara pantalón corto, ni pensamos en ello, pero tras comprar las entradas e ir a la puerta a preguntar si era allí, nos dijeron que con esos pantalones no se podía entrar, así que hubo que ir casi a la carrera al coche para coger el trozo de pantalón (eran desmontables) que faltaba.

Y ya con la hora justa y yo con mis pantalones largos pudimos entrar (los chicos pueden ir en pantalón corto); había que descalzarse y en la entrada tenían el detalle de darte una bolsa de plástico, así por lo menos no ibas con los zapatos en la mano.

La visita fue bastante divertida, porque coincidimos con el grupo de un circuito, y ya sabéis que en casi todos los grupos hay algún torpe que tira cualquier cosa y hace las preguntas mas tontas.

El interior de la mezquita es imponente, sobre todos sus dimensiones; en el sótano tienen la sala de abluciones, a todo lujo también.


Y tras la visita empezamos a retomar nuestro camino de regreso hacia Melilla tranquilamente.

Después de comer fuimos a las ruinas de Volúbilis, había una rutilla que tenía muy buena pinta, pero hacia tal calor que cuando llegamos y vimos las primeras ruinas, echamos unas fotos y decidimos irnos a refugiarnos en el aire acondicionado del coche.


Y ya rumbo a Fez, donde volvimos a pasar noche en el Ibis; tras refrescarnos un poco en la piscina, fuimos a un restaurante que nos recomendaron en el hotel y que nos gustó bastante. El día fue bastante pesado, durante todo el día la temperatura fue de unos 40º C, y por la tarde apenas bajo.

En la entrada del restaurante hubo otra escena divertida, ya que en la puerta nos encontramos a un tio que decía que era el guardia de seguridad del restaurante, el individuo se ponía bastante en el papel ya que iba con traje; como os podréis imaginar lo que quería era cobrar algo, pero … no se imaginaba que a Santi no se la iba a pegar (a nosotros nos la hubiera pegado por completo). Así que no le dimos nada y entramos tranquilamente.

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